Un Detective Español pieza clave en la desarticulacion de la Red del Fraude Hipotecario

Dinero privado, instantáneo y a tocateja para problemas sin solución bancaria. Era el gancho que tendía lared del prestamista Antonio Arroyo a personas ahogadas por las deudas.Al Juzgado número 12 de Madrid han llegado una quincena de denuncias contra Arroyo por un presunto delito de estafa. Un fraude masivo que podria afectara 3.000 familias entoda España, que en algunos casos habrían perdido

Un prestigioso detective privado de Madrid remitió un informe a la Unidad Central de Seguridad Privada -en el marco de la colaboración entre los investigadores privados y la policía, materializadaen el programa Red AzuI- sobre el entramado societario de la red de Antoni Arroyo y su modus operandi. Posteriormente, los agentes de la comisaría de Moncloa-Aravaca tomaron las riendas de la investigación y allí se presentaron 14 denuncias contra las sociedades de Arroyo por una supuesta estafa.

Esther Jaén y su familia –su marido, en paro, y sus dos hijos– acabaron recurriendo a Cáritas para comer. Que pasarían penurias y estarían “en una situación crítica” como en la que están se lo había vaticinado el prestamista Antonio Arroyo si no devolvían en los plazos exigidos los más de 125.000 euros que les reclamaba tras entregarles en mano, en una notaría madrileña, 15.000 en concepto de préstamo. “Y se cumplieron sus amenazas. No tenemos nada”, lamenta Esther.

Como Esther, en cuanto se olió el pastel, Carlos Giménez se buscó rápido un abogado y consiguió salvar su piso, que había puesto como aval para recibir, en mano, 20.000 euros que necesitaba de forma acuciante. Cristina Martín pidió 4.000 euros –por delante puso el original de la hipoteca de su casa de 70 metros cuadrados en Villanueva del Pardillo (Madrid)– y, cuando quiso darse cuenta, ya le reclamaban 18.500. Corría el verano de 2011 y todavía tiene el susto en el cuerpo. Teresa Mesa desconoce exactamente la cuantía de lo que le reclama Arroyo de una deuda contraída en el año 2006 por la que ha perdido su casa. “Con las letras de cambio a mi nombre que hay por ahí circulando, calculo que más de 100.000 euros, que tendrán que pagar los hijos de mis hijos”, explica esta mujer, que, como Esther, Carlos y Cristina, ha llevado a los tribunales a Antonio Arroyo.